Por: Guillermo Giacosa
La muerte de Ernesto Sábato es parte del final de la época en que nací y viví. No es por tanto, para mí, una muerte más. Su sentido trágico de la existencia humana y su obsesión por la justicia tallaron parte de mi postura ante la vida. Sé que es una curiosa incongruencia pero pensamientos dramáticos de Sábato como: “Extraviado en un mundo de túneles y pasillos, el hombre tiembla ante la imposibilidad de toda meta y el fracaso de todo encuentro”, me llenaban de energía y me sugerían la existencia de un misterio que valía la pena explorar. No me explayaré sobre la conmoción que me produjo el informe Nunca más donde se detallaban los crímenes de la última dictadura argentina pero es imprescindible mencionarlo en un tiempo en el cual el crimen contra la especie humana y las otras especies vivas ha adquirido formas sofisticadas pero igualmente devastadoras.
Muchos correo electrónicos, que no siempre puedo responder, me preguntan sobre mis lecturas o me solicitan sugerencias sobre qué escoger en este tiempo de títulos tentadores y múltiples. Ante la proliferación de libros, algunos deleznables, de “autoayuda”, aprovecho esta ocasión para recomendar dos obras de Ernesto Sábato que son exactamente lo contrario pero que considero fundamentales para repensar el tiempo que vivimos y para intentar crecer: Sobre héroes y tumbas y Abaddón el Exterminador.
No les prometo una experiencia placentera y relajante pero sí la posibilidad de darse una ocasión a uno mismo de trascender la superficie en la que a veces nos sume la rutina y el consumismo.
A los 86 años de edad, el gran Ernesto Sábato escribió: “Les propongo, con la gravedad de las palabras finales de la vida, que nos abracemos en un compromiso: salgamos a los espacios abiertos, arriesguémonos por el otro, esperemos, con quien extiende sus brazos, que una nueva ola de la historia nos levante. Quizá ya lo está haciendo, de un modo silencioso y subterráneo como los brotes que laten bajo las tierras del invierno”.
Muchos correo electrónicos, que no siempre puedo responder, me preguntan sobre mis lecturas o me solicitan sugerencias sobre qué escoger en este tiempo de títulos tentadores y múltiples. Ante la proliferación de libros, algunos deleznables, de “autoayuda”, aprovecho esta ocasión para recomendar dos obras de Ernesto Sábato que son exactamente lo contrario pero que considero fundamentales para repensar el tiempo que vivimos y para intentar crecer: Sobre héroes y tumbas y Abaddón el Exterminador.
No les prometo una experiencia placentera y relajante pero sí la posibilidad de darse una ocasión a uno mismo de trascender la superficie en la que a veces nos sume la rutina y el consumismo.
A los 86 años de edad, el gran Ernesto Sábato escribió: “Les propongo, con la gravedad de las palabras finales de la vida, que nos abracemos en un compromiso: salgamos a los espacios abiertos, arriesguémonos por el otro, esperemos, con quien extiende sus brazos, que una nueva ola de la historia nos levante. Quizá ya lo está haciendo, de un modo silencioso y subterráneo como los brotes que laten bajo las tierras del invierno”.
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