viernes, 10 de junio de 2011

terremoto en Japón

 8,9


El 8,9 no es un número mas en el país del sol naciente desde el viernes 11 de marzo, será motivo de realizar balance, análisis y síntesis, para así estar mejor preparados y reducir los daños en próximos eventos de ese tipo, de similar forma los gremios estudiantiles (centro federado y centro de estudiantes) no deben esperar que llegue una arremetida de 8,9 y recién actuar, y menos actuar desesperadamente al tener el evento cerca porque las consecuencias pueden ser peores, es necesario organizar y planificar.
El 8,9 es la magnitud, la cual es única, mientras la intensidad es variable según la distancia al epicentro y el daño que produce en las personas, construcciones, terrenos, etc. De esto podemos extraer dos ideas, primero que un mismo evento puede generar diversos efectos; segundo que existe lo  general (magnitud) y particular (intensidad), apliquemos esto en un ejemplo: las elecciones del nuevo rector en la UNE, seria el evento; generaría en algunos simple rechazo, en otros una aceptación desmedida, desde nuestra perspectiva no es mas que una forma antidemocrática de elección en que la comunidad cantuteña no tiene participación; y lo general viene a ser bregar por democratizar la universidad y lo particular la forma de elección del nuevo rector.
El 8,9 es un indicador de la energía liberada en el hipocentro, que es el punto donde se ha originado el evento, mientras el epicentro es el punto en la superficie del origen; siempre resulta necesario conocer esta información así se puede predecir las replicas y tsunamis que siguen al terremoto. Y en nuestra universidad cual es nuestro epicentro, cual resulta ser el punto donde se manifiesta la energía. Respondo, los gremios de la universidad  que tienen como función ser órganos centralizadores de los estudiantes, para la defensa y conquista de sus derechos, dependerá de nosotros mismos los cambios que se den en nuestra casa de estudio. Llegara el momento en que del hipocentro se libere la energía de forma tal, que el movimiento estudiantil sea inconmensurable; para esto es necesario: primero concentración de fuerzas y luego la expansión.

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